"Tenemos la obligación moral de no olvidar a los parados de larga duración"

¿Cómo valora actualmente la situación del empleo en Baleares?

Ahora mismo tenemos una situación de prácticamente plena ocupación, porque todo el mundo que quiere trabajar creemos que puede hacerlo. No obstante, nos preocupa el paro residual, especialmente entre las personas con más dificultades, como los parados de larga duración. Cuatro de cada diez pertenecen a este colectivo, y por eso desde el SOIB hemos puesto en marcha un plan de seguimiento intensivo con entrevistas, formación, acompañamiento y atención personalizada para facilitar su inserción laboral.

¿Cuáles son las prioridades para mejorar la empleabilidad en las islas?

Nuestra prioridad es mantener la plena ocupación, pero sin olvidar a los colectivos más vulnerables: jóvenes, mujeres, víctimas de violencia de género, mayores de 45 años y personas con discapacidad. Estamos preparando el Plan de Ocupación de Calidad 2026-2028, basado en cinco ejes principales: seguimiento intensivo de los desempleados de larga duración, formación continua y cualificación en sectores emergentes —como digitalización, economía verde o servicios sociosanitarios—, diversificación del modelo productivo para reducir la estacionalidad, atención a colectivos vulnerables mediante programas específicos e impulso del empleo estable y digno. Queremos contratos más duraderos, salarios justos y condiciones que garanticen la conciliación. En definitiva, un empleo de calidad en las Illes Balears.

Uno de los proyectos ITS de 2018 fomentaba el empleo de larga duración. ¿Qué balance hace de este tipo de iniciativas?

Los proyectos hablan por sí solos. Para nosotros son muy valiosos, y los resultados avalan su utilidad. Cualquier proyecto debe ser evaluado, porque solo así puede calificarse de éxito o de fracaso. Esa evaluación constante es la que nos permite mejorar.

En 2025 se implantó el Plan SI, que sigue unos objetivos similares. ¿Qué resultados está dando?

El Pla de Seguiment Intensiu comenzó como un proyecto piloto con el objetivo de realizar mil diagnósticos y 600 entrevistas. A 31 de agosto ya habíamos superado esas cifras: 1.119 diagnósticos y 743 entrevistas personalizadas, un 123%, por encima de lo previsto. Si contamos también las entidades del tercer sector, los resultados son aún mejores. Prevemos cerrar el año con unas 2.500 personas atendidas. Nuestro objetivo es que todos los parados de larga duración tengan un diagnóstico y un itinerario personalizado, porque tenemos la obligación moral de no olvidar a las personas con experiencia. No hay que esperar a que vengan a pedir ayuda; debemos ir a buscarlas y acompañarlas en su proceso de reinserción.

¿Por qué es tan importante reactivar a estas personas?

Porque son esenciales. No se trata solo de un problema económico: muchas de ellas han perdido competencias, contactos y confianza. Dejarles atrás sería perder capital humano muy valioso. Por eso, además del plan SI, hemos lanzado una convocatoria de “cheque formación”, que permite acceder a cursos de diferentes ámbitos como la construcción, las nuevas tecnologías, la economía verde o la atención a la dependencia. El objetivo es que puedan reciclarse, cambiar de sector y recuperar su autoestima. No basta con decir “hay que ayudar”, hay que dar herramientas y acompañamiento real.

¿Qué factores influyen en caer en el paro de larga duración?

Hay varios: bajo nivel de cualificación, desajuste formativo, cambios tecnológicos, edad, responsabilidades familiares, discapacidad o problemas de salud. También influye la estacionalidad del mercado laboral balear. Con el tiempo, las personas se desconectan del mercado, pierden contactos y actualizaciones, y eso dificulta su regreso. Una persona con 45 años está en plenitud de capacidades, pero el sistema muchas veces no lo ve así, y eso hay que cambiarlo.

¿Cuáles son las claves para reincorporarlos al mercado laboral?

Hay que aplicar estrategias personalizadas, escuchar a las empresas y adaptar la formación a la demanda real. Apostamos por la formación dual, aprender mientras se trabaja, y por incentivar la contratación. Por ejemplo, con el programa Joves Qualificats financiamos durante un año el salario y la cotización de jóvenes contratados por autónomos. También impulsamos medidas de conciliación y refuerzo de la autoestima. Lo esencial es que sepan que están ahí y que queremos que vuelvan.

¿Qué papel tienen las entidades sociales en este proceso?

Son fundamentales. Mantenemos una colaboración estrecha entre SOIB, Govern, consells insulares, ayuntamientos, empresas y entidades del tercer sector. Son las que están sobre el territorio y conocen mejor las necesidades de los colectivos más vulnerables. Su proximidad permite que los programas lleguen realmente donde más se necesitan.

¿Qué nuevas líneas de actuación se plantean?

Vamos a lanzar una segunda fase del Plan SI, una nueva convocatoria de Qualificats dirigida a jóvenes y seniors, programas duales de formación y ocupación, contratación pública social a través de ayuntamientos y entidades del tercer sector, e incentivos a la contratación estable en empresas privadas. También continuaremos con los programas SOIB Jove, SOIB Dona y SOIB Impulsa, que sustituyen al antiguo SOIB Reactiva, adaptados al contexto actual de plena ocupación. Queremos seguir ofreciendo formación continua y fomentar sectores estratégicos que aseguren estabilidad.

¿Cómo imagina el futuro laboral de Baleares?

Soy optimista. Estamos cerca de la plena ocupación, pero el reto es consolidar un modelo basado en la calidad y la diversificación. Queremos contratos estables, salarios dignos y condiciones laborales acordes al nivel económico de las islas. Debemos reforzar la atención a los colectivos más vulnerables para que nadie quede atrás y seguir apostando por sectores emergentes como la digitalización, la economía verde o los servicios sociosanitarios. En definitiva, trabajo estable y de calidad para todos.