"El Serral es una zona donde cultivar, conversar y estar en contacto con la tierra"

¿En qué consiste el proyecto de huertos urbanos del Serral de ses Monges?

Se trata de un proyecto social en el que se ceden pequeñas parcelas a personas mayores de 65 años del municipio para que puedan practicar agricultura ecológica. Está ubicado dentro del Serral, un espacio natural muy querido en Inca. La concesión es por cinco años, y los usuarios tienen acceso a agua para riego y una zona para guardar herramientas.

¿Qué objetivos persigue el Ayuntamiento con esta iniciativa?

Principalmente hay un doble objetivo: uno social y otro medioambiental. Por un lado, se trata de una actividad lúdica para personas jubiladas, que encuentran en el huerto un espacio de encuentro y conversación mientras cultivan sus propios alimentos. Por otro lado, se fomenta el cultivo de especies autóctonas, sin químicos, lo que fortalece la sostenibilidad y promueve el consumo de producto local y de proximidad.

¿Cuántos huertos están en funcionamiento y a qué perfiles van dirigidos?

Actualmente tenemos 39 huertos urbanos. De ellos, 36 están destinados a personas físicas, es decir, mayores de 65 años empadronados en Inca, y 3 a asociaciones. Entre estas últimas está el Hospital Sant Joan de Déu y la entidad Amadib, que realizan con sus usuarios actividades terapéuticas. En cuanto a los usuarios particulares, hay tanto hombres como mujeres, población local e inmigrantes. Es un grupo muy variado que encuentra aquí un espacio común.

¿Qué beneficios aporta este proyecto a entidades como Sant Joan de Déu o Amadib?

Para ellos es una oportunidad fantástica. Pueden hacer actividades al aire libre que no pueden realizar dentro del centro. Estar en contacto con la naturaleza y trabajar con la tierra les aporta beneficios terapéuticos, tanto físicos como emocionales. Están encantados con el huerto y lo aprovechan muchísimo.

¿Qué papel juega la agricultura ecológica en el proyecto?

Es fundamental. Apostamos por una agricultura sin químicos y con especies autóctonas. Nos interesa potenciar el producto local, como tomates de variedades propias de la isla, y hacerlo de una manera sostenible. Es una forma de cuidar la salud de quienes cultivan y consumen, pero también del entorno.

¿Cuál es el nivel de demanda para acceder a estos huertos?

La demanda es buena. Hemos hecho campañas informativas en redes sociales. Actualmente no hay lista de espera y tenemos cinco huertos disponibles que se podrían asignar si alguien los pidiera. Eso sí, hay personas interesadas que no cumplen los requisitos —por ejemplo, menores de 65 o no residentes en Inca— y en esos casos no pueden acceder.

Además de los huertos, ¿qué importancia tiene el Serral como espacio verde para Inca?

Muchísima. Es un auténtico pulmón verde para la ciudad y el Ayuntamiento apuesta fuerte por él. De hecho, gracias a un proyecto de la Conselleria de Turismo se están invirtiendo cerca de 400.000 euros para crear itinerarios verdes y zonas de sombra que sirvan como refugios climáticos. También se ha hecho un nuevo parque para perros. La idea es que el Serral sea un lugar cada vez más usado por todos.

¿El espacio también se utiliza con fines educativos y de sensibilización?

Sí, contamos con un aula educativa dentro del Serral donde se desarrollan múltiples actividades. Tenemos un proyecto de formación del SOIB en jardinería para 15 alumnos-trabajadores, además de talleres de formación para personas con discapacidad de Amadib. También recibimos visitas escolares —de Inca y otros municipios— para trabajar temas de agricultura ecológica, ecologismo y respeto al medio ambiente. Queremos que sea un espacio de concienciación real para todas las edades.