Joan Pons Torres es conseller de Cultura, Educación, Juventud y Deportes del Consell de Menorca. Graduado en Historia por la Universitat de Barcelona, fue director de Sa Fundació hasta 2017 y es el autor del libro Sa llengua de Menorca. Ahora, impulsa desde el Consell el proyecto Menorca Esportiva, una estrategia que, gracias a una gran inversión gracias al Impuesto de Turismo Sostenible, pretende mejorar infraestructuras deportivas y consolidar la isla como destino saludable más allá del verano.
¿En qué consiste el proyecto Menorca Esportiva?
Es un plan de mejora y creación de nuevas instalaciones deportivas en toda la isla. Lo presentamos a la convocatoria del Impuesto de Turismo Sostenible del Govern balear y fue aprobado con una subvención de 6,5 millones de euros. Es algo inédito, porque hasta ahora la mayoría de proyectos financiados con el ITS en Menorca eran de recursos hídricos, medioambientales o culturales, pero no deportivos. Con este proyecto atendemos un déficit evidente: en 20 años la población ha crecido mucho y las instalaciones deportivas son prácticamente las mismas, lo que ha provocado una saturación.
¿Qué tipo de deportes se podrán impulsar?
Más que deportes concretos, hablamos de infraestructuras polivalentes: pabellones, salas y espacios multifuncionales. Necesitamos instalaciones donde se pueda practicar una gran variedad de disciplinas, porque la demanda es cada vez mayor y hay un claro déficit.
¿Qué actuaciones concretas están previstas?
En Alaior construiremos un centro deportivo con piscina climatizada, ya que es la tercera ciudad de Menorca y actualmente no tiene ni centro deportivo municipal ni piscina. En Sant Lluís se proyecta una piscina descubierta, muy necesaria porque la natación es un deporte recomendado para todas las edades y muy positivo para la salud. También hay actuaciones de eficiencia energética, como la sustitución del sistema de iluminación del campo de fútbol de San Carles en Maó por luces LED, o la renovación del polideportivo de Es Mercadal, que sufrió un incendio en la cubierta hace años. Todo con criterios de sostenibilidad.
¿Cómo puede contribuir el proyecto a desestacionalizar el turismo?
Además de mejorar el bienestar de los menorquines, estas instalaciones pueden atraer turismo deportivo en temporada baja. Un ejemplo claro es la futura pista de atletismo de Ciutadella, prevista en la segunda fase. Atletas del norte de Europa, donde en invierno es difícil entrenar, buscan climas más suaves y espacios adecuados. Aquí pueden encontrar esas condiciones. Esto no solo diversifica la economía, también ayuda a alargar la temporada turística.
¿Qué perfil de visitantes esperan atraer?
Atletas y equipos europeos interesados en entrenar durante el invierno, como ya ocurre en Calvià, Mallorca. Además, con estas infraestructuras podemos organizar competiciones de nivel. Este año Menorca acogió por primera vez el Campeonato de España de Atletismo de fondo de 5.000 y 10.000 metros en la pista de Maó. Vinieron unas 500 personas en mayo y hemos firmado para repetir durante tres años más. Es un ejemplo claro de cómo el binomio turismo-deporte ya está generando beneficios económicos y sociales.
¿Cómo convivirán el uso ciudadano y el turístico en estas instalaciones?
La gestión será municipal. Cada ayuntamiento deberá reservar horas para escuelas y clubes locales, y abrir otras al alquiler de particulares o visitantes. Es un modelo que ya funciona en otros lugares y no genera conflictos. Lo importante es que estas instalaciones no solo reduzcan la saturación actual, sino que aporten beneficios sociales y económicos a la isla.
¿Menorca aspira a convertirse en un referente deportivo?
Ese es el objetivo. Menorca ya tiene eventos deportivos que atraen a miles de personas en temporada baja, como el Trail Menorca Camí de Cavalls, la maratón de Fornells en febrero o la October Trail. Muchos participantes son de Mallorca, lo que refuerza también el turismo interinsular, que no hay que dejar de lado. La clave está en que la administración impulse las instalaciones necesarias y que la sociedad civil continúe creando eventos. El deporte puede convertirse en un motor turístico y social para la isla, y creo que las cifras demuestran que se puede conseguir mirando al futuro.
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